Elena Barberà y Antoni Badia en El uso educativo
de las aulas virtuales emergentes en la educación superior parten del
reconocimiento de que el desarrollo de la modalidad educativa a distancia
tecnológica pone en duda la propia diferenciación que ha habido
tradicionalmente entre educación presencial y educación a distancia,
replanteando los procesos educativos que se dan en las aulas presenciales de
educación superior. Desglosan como conceptos claves seis dimensiones
instruccionales fundamentales que de manera articulada determinan la calidad
del proceso de enseñanza y aprendizaje virtual:
1- el
profesor: la efectividad en la docencia es analizada por Kirkpatrick (1994)
considerando niveles de evaluación clásicos referidos a los ámbitos afectivo,
cognitivo, comportamental y organizativo. Kearsley (2000) señala la existencia
de factores en la determinación de una docencia virtual efectiva: la
experiencia en el uso de los medios informáticos, el grado de familiaridad con
la enseñanza virtual, la flexibilidad desarrollada en el proceso docente y la
práctica en la dinámica participativa y de facilitación del aprendizaje. Haron
y Jones (citados en Abbey, 2000) establecen niveles de uso de la tecnología, el
nivel informativo (aportación de información básica para el alumnado),
suplementario (incluye parte de la información en formato electrónico), esencial
(toda la información vía web), compartido ( se comparte la docencia presencial
y la virtual) y el nivel inclusivo (la información y la comunicación es de tipo
virtual)
2- el
alumnado: el proceso de aprendizaje en aulas virtuales se caracteriza por
organización menos definida del espacio y del tiempo, uso intensivo de
TIC, guía global de la planificación y
la organización del aprendizaje, base tecnológica de apoyo a contenidos, una
forma telemática de llevar a cabo la interacción social y el centro en el
alumno para las actividades de aprendizaje. Dado que el tiempo y el espacio
puede ser sincrónico o asincrónico, cada estudiante tendrá que gestionarlos en
función de su proceso formativo. Por lo tanto es importante brindar toda la
información sobre objetivos, actividades, criterios de evaluación al inicio del
proceso educativo virtual (especialmente si es asincrónico)
3- gestión
del espacio en el aprendizaje distribuido: El contexto virtual propone realizar
actividades de aprendizaje que no serían posibles sin el uso de la tecnología,
la cual mantendría un papel de instrumento psicológico en la colaboración del
desarrollo del pensamiento y conocimiento. Los procesos psicoeducativos son
vehiculizados por la interacción entre agentes culturalmente distantes, el
autoaprendizaje, el desarrollo de trabajos colaborativos, la consulta experta y
la autoevaluación, En este sentido, se
define al entorno virtual de aprendizaje como una plataforma tecnológica que facilita
el aprendizaje organizando la interfaz comunicativa. El contexto virtual, del
que forma parte el aula que queda ampliada por el uso de la tecnología, incluye
las características complejas del uso del entorno e incorpora otros agentes
deferentes a la plataforma tecnológica como los que hacen posible dicho uso (prioritariamente
el profesor y el alumnado), los materiales de estudio y otros recursos con los
que se establecen relaciones múltiples que explicarían la idiosincrasia de cada
proceso instructivo virtual. Existen diferentes focos dinámicos (simultáneos o
distribuidos en el espacio) que conforman microcontextos virtuales.
4- el
tiempo educativo: el aprendizaje se extiende a lo largo del tiempo histórico, y
amplía así las posibilidades de aprender a lo largo de toda la vida y además en
cada etapa hay la posibilidad de profundización por la intensidad del tiempo
personas en la adquisición de conocimientos. Por otra parte, la asincronía
ramifica el campo educativo ampliando la perspectiva de los objetivos y la
metodología. El cambio realmente importante que propone una modalidad
asincrónica es la comprensión de este campo
5- los
contenidos: el concepto clave es la idea de unidades temáticas digitales (UDT),
definidas como cualquier entidad, digital o no digital, que puede ser utilizada,
reutilizada o referenciada durante el aprendizaje con soporte de la tecnología.
Las UTD serán útiles en la medida que se acompañen de actividades de
aprendizaje contextualizadas por el profesor que contemplen cuando sea
necesario la interacción social con los compañeros como medio para favorecer el
aprendizaje individual.
6- la
metodología didáctica: En el contexto virtual se denomina actividad educativa
virtual a una unidad temporal mayor que comprende una o varias fases de
actividad. A su vez, una fase de
actividad corresponde a un periodo de duración corto, en la que se persigue un
objetivo educativo muy específico, se clarifican y se llevan a cabo las
actuaciones de enseñanza y aprendizaje, se concretan los contenidos y los
materiales que deberán utilizarse, se delimitan los espacios comunicativos
tecnológicos y se definen los criterios evaluativos.
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